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miércoles, 17 de marzo de 2010

Foro Internacional sobre Desarrollo Rural Participativo


En el marco del Convenio de Cooperación Bilateral entre los Gobiernos de Japón y México, a través de la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA) y el Gobierno del Estado de Chiapas, se llevó a cabo el Foro Internacional sobre Experiencias Enfocadas al Desarrollo Rural Participativo, con la presencia de representantes de los países de Costa Rica, Panamá, Honduras y Guatemala.


El evento fue presidido por el Presidente Municipal de Tapachula, Ezequiel Orduña Morga, del Director de JICA en México, Murosawa Satoshi, del Subdelegado de Planeación de la SAGARPA, Jorge Ventura Aquino, del Coordinador Estatal del Convenio de Confianza Agropecuaria, Guillermo Toledo Moguel y del Director de Capacitación de la Secretaría del Campo, Juan Agustín Santiago Rodríguez.


Durante el foro se presentaron los avances en la ejecución de diferentes proyectos en busca de fortalecer las capacidades productivas y de organización comunitaria de los habitantes de las poblaciones rurales.

Habitantes de 15 municipios del Soconusco como son Unión Juárez, Cacahoatán, Mazatán, Huixtla, Tuzantan, Escuintla, Frontera Hidalgo, Tuxtla Chico, Acapetahua, entre otros, son los beneficiados del Convenio entre el gobierno mexicano y el gobierno japonés, a través del Proyecto sobre la Asistencia para el Desarrollo Rural Sustentable en la Región del Soconusco (PAPROSOC), que se viene desarrollando en Chiapas, desde hace tres años.


Con las actividades implementadas de los facilitadores de JICA también se promueve el desarrollo de capacidades de las Presidencias Municipales participantes, impulsando el mejoramiento de sus procesos de gestión en la obtención y aplicación de fondos de financiamiento y de asistencia técnica.

jueves, 7 de mayo de 2009

Los Zabaleen de El Cairo (Parte II)

Por: LRI Daniel Gamboa Gálvez


Lee la primera parte de este Artículo


Cooperación y Reconocimiento Internacionales


En un país con un índice de desempleo del 10.8 por ciento y el 20 por ciento de la población viviendo en la pobreza extrema (UNDP, 2005), la falta de compromiso o voluntad por parte de las autoridades en Egipto por procurar el bienestar de un grupo vulnerable de su ciudadanía ha sido sustituida por una serie de asociaciones entre la sociedad civil egipcia y la comunidad internacional mediante apoyos discretos pero significativos en favor de los zabaleen.

En 1980, las ONG‘s internacionales Comité de Oxford de Ayuda contra el Hambre (Oxfam, por sus siglas en inglés), y la Asociación de la Hermana Emmanuelle (ASMAE, por sus siglas en francés), en colaboración con la Fundación Ford y la Iglesia Copta de Egipto; impulsaron proyectos para mejorar la higiene de la comunidad, así como para la tecnificación y diversificación del reciclaje en el Mokattam, facilitando recursos mediante créditos para aquellos zabaleen interesados en la adquisición de maquinaria, como granuladoras de plásticos y fundidoras de aluminio, que les permitieran ascender en la pirámide de los desperdicios (Iskandar, 2001).


Ante el decreto de 1987 que prohibió el uso de mulas, los zabaleen tuvieron que buscar manera de continuar con la recolección para su sustento. La respuesta fue cambiar a vehículos motorizados, como motocicletas o furgonetas, adquiridas mediante créditos financiados por la ASMAE y gestionados por la Iglesia Copta de Egipto.


Actualmente una ONG financiada por USAID, Ciudades Solares, se dedica al desarrollo e instalación de calentadores solares de agua en las azoteas de los barrios coptos y musulmanes de El Cairo. En un principio solo se pretendía la implementación de programas piloto en Manshiyet Nassar, ahora Ciudades Solares ha incorporado la inteligencia colectiva de los artesanos locales de la comunidad invitándoles a participar en la mejora de los diseños y procesos de instalación de los calentadores de agua (Hansen, 2008).


Procter & Gamble, empresa estadounidense de productos de consumo, ha invertido en una escuela para la comunidad zabaleen, el Proyecto Mokattam de Educación Informal; donde se enseña a niños y jóvenes los aspectos técnicos y económicos del reciclaje como negocio. Los estudiantes aprenden desde el manejo de hojas de Excel, operación y mantenimiento de maquinaria, lavado y secado con energía solar, hasta embalaje y envío de fardos para plantas especializadas. El interés de la compañía surgió cuando descubrieron que las botellas plásticas de sus productos consumidos eran rellenadas con productos más baratos y revendidas como nuevas. Entonces, P&G acordó financiar a los zabaleen el proyecto de aprendizaje para la comunidad. Si bien la recuperación de materiales es un oficio generacional entre los zabaleen, el Proyecto Mokattam enseña a los estudiantes a realizar sus actividades bajo principios de seguridad, higiene, y administración empresarial. Pero también se les enseña a leer y escribir, sobre todo a partir de la incorporación de la UNESCO al proyecto hace cinco años, con la condición de que se incluyera a niñas en los programas de la escuela (Hansen, 2008).


UNESCO también colabora con una ONG local, la Asociación para la Protección del Medio Ambiente (APE, en inglés), que desde la década de 1980 promueve programas que promuevan soluciones económicamente viables para los problemas ambientales de Egipto que a la vez mejoren los niveles económicos y de salud de los zabaleen, reciclando la mayor cantidad posible de residuos sólidos. Entre sus primeras actividades destacaron la creación de una planta de compostaje, buscando separar este proceso de las zonas habitacionales. En su momento, este proyecto recibió apoyo financiero de la ASMAE y la entonces Comunidad Europea de Naciones (Rose, 2007).


APE, también implementa programas de alfabetización y concientización para niñas y adolescentes zabaleen, mediante talleres de reciclado y confección (Khalil, 2001). Actualmente, APE trabaja con 400 beneficiarias al año, las cuales se distribuyen en talleres correspondientes con las distintas actividades relacionadas con el reciclaje de materiales desechados en El Cairo (textiles, papel, composta, separación, cuidado y prevención de la salud, administración, y organización comunitaria).


La APE también ha recibido apoyos de la ONG finlandesa Organización de Comercio Justo de Mikkeli (KEMA), Fundación Ford, y de las embajadas del Reino Unido y del Japón en Egipto. En 2000, KEMA colaboró con la APE para el desarrollo de un proceso de reciclado que permitiera obtener materiales de plástico conglomerado útiles para la construcción. Tras siete años, el proyecto conjuntó resultó en la capacitación de 44 hombres y mujeres en la fabricación de baldosas, engranes, ladrillos, y cubiertas para pozos hechos de plástico conglomerado. La APE ha replicado la tecnología desarrollada, con la venta de maquinaria especializada a una empresa poseedora de un Resort en la ciudad turística de Hurgahda, ubicada a las orillas del Mar Rojo en la península del Sinaí. Negocio realizado bajo condición de que la mano de obra empleada fueran zabaleens de cualquier municipalidad (Iskandar, 2001).


En 1995, los zabaleen recibieron reconocimiento por parte del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, al ser galardonados con el Global 500 Youth Environmental Award. El trabajo y la organización de los zabaleen, volvieron a ser objeto de reconocimiento internacional en 1998 al recibir, por parte del Gobierno de Dubai y el programa Habitat de UN, el Premio Internacional de Dubai por las mejores prácticas en favor de zonas habitadas y el medio ambiente.


La cooperación por parte de la comunidad internacional posibilitó se haya generado una industria del reciclado dominada por pequeñas y micro-empresas, se han implementado proyectos en favor de niñas y mujeres, se han implementado programas educativos a niños y jóvenes, así como múltiples capacitaciones; todo lo anterior para mejorar la productividad y por ende la situación de los zabaleen.

Conclusión


El éxito de gran parte de los proyectos de cooperación al desarrollo implementados a favor de la comunidad de cristianos coptos que se dedican a la recolección y reciclado de desperdicios en El Cairo, se debe fundamentalmente al nivel de participación por parte de los propios zabaleen. El aumento de la productividad en sus actividades, derivada del aprovechamiento de las oportunidades recibidas para mejorías en aspectos como higiene, educación, uso de tecnologías adecuadas, y óptima gestión de recursos, han posibilitado que de manera paulatina los zabaleen incrementen el control sobre sus vidas.


Sin embargo, se puede observar cierto riesgo de que la comunidad zabaleen se vicie en dependencia para con la comunidad internacional. Esto es, que los zabaleen no tengan capacidad o, peor aún, disposición para financiar sus propias iniciativas de desarrollo. Todo proceso de desarrollo humano sustentable requiere de cierta autonomía en distintas dimensiones (psicológica, social, organizacional, política y económica). Un riesgo aún más importante, radica en la tensión social propiciada por las diferencias religiosas, y el dominio de unos códigos islámicos estrictos que sitúan a los no musulmanes como ciudadanos de segunda, en desigualdad de derechos dentro de la sociedad egipcia.


La situación en que viven los zabaleen resulta particularmente ilustrativa. No solamente por el grado de pobreza en que viven, la eficacia con que realizan sus tareas de reciclaje, ni por el tamaño de la operación que la comunidad zabaleen ejecuta diariamente, sino por la combinación de todo lo anterior. Actualmente con la angustia creciente que provocan el calentamiento global y la degradación medio ambiental se ha desatado un debate entre los especialistas en materia de desarrollo y los paladines de la conservación por priorizar los retos que la humanidad debe hacer frente. Es decir, situaciones en que la conservación de la biodiversidad supone una amenaza sino al desarrollo, a la subsistencia de una comunidad, y/o viceversa. Entre las posiciones frente a tal encrucijada encontramos aquellas que buscan dar solución en ambos y demás frentes al mismo tiempo, como las Metas de Desarrollo del Milenio (MDM), de las UN; y aquellos que proponen reducir la agenda para atender solo ciertas causas que tengan altas posibilidades de ser solucionadas actualmente con bajos costos, posición asumida por el Consenso de Copenhague.


El caso de los zabaleen en El Cairo, destaca precisamente porque se trata de una situación en que una comunidad de personas en situación de pobreza y marginación está realizando desde hace décadas, prácticas de conservación ambiental, aparentemente de manera eficaz, y además haciendo de ellas su principal sustento de vida.


Referencias


Eurostat (2009). Municipal Waste, Half a ton of municipal waste generated per person in the EU in 2007, Eurostat News Release, 31/2009, Eurostat Press Office; recuperado el 29 de marzo de 2009 desde http://epp.eurostat.ec.europa.eu/pls/portal/docs/PAGE/PGP_PRD_CAT_PREREL/PGE_CAT_PREREL_YEAR_2009/PGE_CAT_PREREL_YEAR_2009_MONTH_03/8-09032009-EN-BP.PDF
Hansen, Liane. (2008, abril). In Cairo Slum, the Poor Spark Environmental Change. NPR. Recuperado el 24 de marzo de 2009, desde http://www.npr.org/templates/story/story.php?storyId=89956754
Ibrahim, Saad Eddin (2006). The Domestic Wars of Hosni Mubarak, Daily Times, june 4th, recuperado el 26 de marzo de 2009, desde http://www.dailytimes.com.pk/default.asp?page=2006\06\04\story_4-6-2006_pg3_7
Iskandar Kamel, Laila (2001). Urban Governance, The Informal Sector and Municipal Solid Waste in Cairo, Community & Institutional Development: El Cairo, Egypt.
Khalil , Ashraf (2001). Una educación con incentivos en El Cairo. UNESCO. Recuperado el 23 de marzo de 2009, desde http://www.unesco.org/courier/1998_12/sp/apprend/txt1.htm
Mohamed Negm, Yasmine (2007). Recycling the Rejects of the Rejects; Protection of the Environment and Poverty Alleviation by Job Creation to Youth, Proceedings of the International Conference on Sustainable Solid Waste Management: Chennai, India
Otero, Ricardo (2007). Cairo, Garbae City as seen from Coptic district. Panoramio. Recuperado el 20 de marzo de 2009, desde http://www.panoramio.com/photo/931569
Rashed, Dena (2003). Trashed lives. Al-Ahram Weekly, 6 - 12 February, No. 624, Recuperado el 28 de marzo de 2009, desde http://weekly.ahram.org.eg/2003/624/fe1.htm
Rose, Christopher; et al. (2007). The Zabbaleen, Cairo’s Garbage Workers, Hemispheres, The International Outreach of The University of Texas, University of Texas: Austin, Texas.
UNDP (2005). Egypt Human Development Report 2005, United Nations Development Programme: El Cairo, Egypt.

lunes, 20 de abril de 2009

Los Zabaleen de El Cairo (Parte I)


Por: LRI Daniel Gamboa Gálvez

En Egipto, la gubernatura de El Cairo no destina recursos de su presupuesto para la instrumentación de un sistema público de recolección de basura. Sin embargo, desde la década de 1950, la metrópolis africana cuenta con el mayor centro de reciclaje del mundo y un sistema altamente organizado de recolección de desperdicios.
La operación es realizada manualmente por casi medio millón de personas que radican a las afueras de El Cairo y lejos de la vista de turistas, ciudadanos y autoridades. A estas personas, marginadas por su labor y sus creencias, se les conoce como zabaleen (za-ba-lin). Ante el vacío institucional, múltiples organizaciones locales e internacionales colaboran para mejorar las condiciones de vida de la comunidad zabaleen.

En las páginas siguientes se describen el contexto, el origen, las pericias y los apoyos que han hecho de los zabaleen un caso ejemplar de desarrollo comunitario, con elevada tendencia a satisfacer los preceptos de un desarrollo humano sustentable.

CONTEXTO NACIONAL

La República Árabe de Egipto es clave dentro del mundo árabe. En la década de 1950, Egipto vivió el origen tanto del nacionalismo árabe como de los primeros movimientos de radicalismo islámico. Desde entonces existe una fuerte presión por parte de grupos fundamentalistas islámicos por convertir Egipto en un estado teocrático, entre los cuales destaca al-Gamia-al-Islamiya, responsable de múltiples atentados en el país desde 1981 a la fecha. Situación que el gobierno del Presidente Mubarak ha intentado contener mediante un estado de emergencia permanente desde la década de 1980 hasta hoy día.
A partir de la década de 1990 se han presentado diferentes propuestas parlamentarias para la mejora del estatus de las mujeres en Egipto, como la prohibición de la circuncisión femenina, la facilitación de trámites de divorcio, y concesión de permisos para salir del país sin autorización de los maridos. Propuestas que han encontrado fuerte oposición por parte de los sectores tradicionalistas, por considerarlas medidas no islámicas.

Egipto cuenta con 1,001,450 km2 de territorio, de los cuales el 2.8 por ciento es tierra cultivable, concentrada en las inmediaciones del valle y del delta del río Nilo. Sus habitantes rondan los 78.9 millones, de los cuales el 43.9 % vive con menos de 2 dólares al día, y el analfabetismo llega a una taza de 44.4 puntos porcentuales (UNDP, 2005)

La ciudad capital de Egipto, El Cairo, tiene un aproximado de 10,834,000 habitantes, con un ritmo de crecimiento de un millón de habitantes cada 8 meses; lo que le ubica entre las 13 ciudades más pobladas del mundo y el mayor centro urbano de África y del mundo musulmán. Además, El Cairo es la ciudad con mayores referencias culturales dentro del mundo árabe al concentrar una importante cantidad de universidades, bibliotecas y museos históricos, y cuyo centro histórico recibió la denominación de patrimonio de la humanidad en 1979 por parte de la UNESCO.

ORIGEN

Descendientes de dos olas migratorias provenientes del sur y del desierto de Egipto, los zabaleen (basureros, en árabe), conforman una comunidad compuesta principalmente por cristianos ortodoxos de la rama copta, quienes han hecho de la recolección y reciclado de desperdicios su principal sustento de vida. Estos cristianos coptos, segregados a una actividad valorada como impropia y por tanto impracticable por los musulmanes, se asentaron a las faldas del Monte Mokattam. La población de cristianos coptos, representa el 10% de la población total en Egipto, el 90% restante son musulmanes, lo que les califica como minoría (Rose, 2007).

De hecho, los coptos podrían calificarse también como los egipcios originarios, toda vez que el cristianismo fue la primera religión en instaurarse en Egipto bajo el dominio del Imperio Romano, hasta el siglo VII. Tras la caída del Imperio Romano-Bizantino, cuya iglesia fuera la cristiana ortodoxa, las invasiones árabes y musulmanas fueron haciendo de los coptos la minoría histórica dentro de su propia patria (Ibrahim, 2006).

Los primeros en dedicarse a la recolección de desperdicios en El Cairo fueron los wahiya (gente del oasis, en árabe), migrantes de los oasis Dakhla y Kharga que se vieron afectados por fuertes sequías en 1890. En un principio solo se trataba de recoger desperdicios orgánicos y papel. Los wahiya tuvieron oportunidad de negocio al descubrir que había escasez de combustible para calentar el agua en los cientos de baños públicos de El Cairo, por lo que vendían mezclas disecadas de papel y leguminosas podridas como combustible para quemar, posteriormente empezarían a ofrecer compostas a los jardines de los parques y hogares (Rose, 2007).

Años más tarde, en la década de 1940 se produjo otra migración, esta vez de campesinos cristianos. Quienes llegaron a El Cairo buscando emplearse dentro de los múltiples servicios que sostenían el dinamismo de la incipiente metrópoli. Estos campesinos, que criaban aves, cabras y cerdos, coincidieron en los barrios pobres con los wahiya; a quienes compraban los desechos orgánicos para alimentar sus rebaños. Conforme los tipos de desperdicios fueron cambiando, wahiya y zabaleen desarrollaron una división de trabajo, en la que los zabaleen recogieron los desechos casa por casa con el beneplácito de los wahiya, todos musulmanes, quienes hacían de intermediarios administrando las rutas de recolección. Posteriormente los zabaleen se quedaron con todos los desperdicios excepto papel, que daban a los wahiya.

LA CIUDAD DE LA BASURA

Actualmente, los zabaleen habitan viven dentro de cinco comunidades dispersas en El Cairo, siendo la principal el barrio de Manshiyet Nasser, vulgarmente conocido como la ciudad de la basura. El testimonio de un visitante de la zona describe su experiencia en Manshiyet Nasser como horriblemente intensa y pestilente: es el barrio de los basureros y es muy grande. No puedes imaginar el olor de ese lugar… y las dimensiones lo hacen aún peor, hay basura en las calles, dentro de las casas, en los portales, en las azoteas, por todos lados (Otero, 2007). Sin servicios básicos como drenaje, agua potable, calles pavimentadas, ni transporte público, Manshiyet Nasser es prácticamente un ghetto; un conjunto de viviendas y edificios en el que sus habitantes conviven con la acumulación de desperdicios en condiciones casi infrahumanas, aislados de quienes producen a diario tales desechos, el resto de la ciudad y sus turistas. En este barrio, sus habitantes viven bajo amenaza constante de contraer cualquier tipo de enfermedad insalubre (deshidratación, diarrea, conjuntivitis, anemia, hepatitis, tuberculosis), confinados entre la suciedad para sobrevivir (Iskandar, 2001).

El Cairo genera poco más de 13,000 toneladas métricas de desperdicios cada día, de las cuales los zabaleen recuperan más de la tercera parte recorriendo los diferentes distritos de El Cairo. Se estima que los zabaleen reciclan un 85 por ciento de los materiales que recolectan de la ciudad, superando en ese sentido a muchos sistemas de gestión de desperdicios conocidos en el mundo occidental. El índice más elevado es el de Alemania con un 49 por ciento, seguido por Bélgica con el 39 por ciento, Suecia con 37 por ciento, y Estonia e Irlanda, ambos con 34 puntos porcentuales (Eurostat,2009). Además, el sistema informal de los zabaleen genera una taza de 7 a 8 empleos por cada tonelada de material recolectado (Mohamed, 2007).

Irónicamente, los procesos de recolección y reciclado que emplean los zabaleen son prácticamente domésticos o artesanales. Viviendo con y de los desperdicios de la ciudad, los zabaleen recorren las calles de El Cairo, y por cuotas mensuales que oscilan entre .50 y 2.50 dólares recogen a domicilio la basura de hogares y establecimientos (Rose, 2007). Con carruajes impulsados por burros, bicicletas, o furgonetas en los mejores casos, los zabaleen transportan enormes bultos a Mashiyet Nasser, en donde los desperdicios son procesados por miles de familias. Niñas y niños, adolescentes, madres y abuelas se encargan de separar y clasificar manualmente retazos de papel, cartón, cristales rotos, latas, productos plásticos o textiles, trozos de metal, alimentos podridos o por serlo; estos últimos, junto con otros desperdicios orgánicos, se destinan para alimentar aves de corral o ganado, principalmente porcino (Hansen, 2008).

La carne que obtienen de estos animales, considerados impuros bajo los preceptos islámicos, es vendida a tiendas, restaurantes y hoteles en El Cairo con clientela principalmente occidental. Los zabaleen se han especializado a tal grado, que algunas familias o incluso calles enteras se dedican a un particular tipo de material. Una vez empacados según su categoría, se someten los materiales a sus respectivos procesos de reciclaje en los traspatios de las casas. El material reciclado es lavado y comprimido para ser reutilizado en la fabricación de utensilios domésticos, vendido a los artesanos del barrio musulmán Darb-Al Ahmar, a las fábricas locales en otros distritos de la ciudad, o embarcado en los puertos para su exportación a China (Rose, 2007).

SERVICIO ILEGÍTIMO

A finales de la década de 1980, la Gubernatura de El Cairo emitió un bando con el cual prohibía el uso de carruajes impulsados por mulas. En la década de 1990, las autoridades egipcias contrataron compañías extranjeras, españolas e italianas, para que desarrollaran sistemas privados de gestión de desperdicios y se hicieran cargo de la basura en tres de las principales ciudades del país: El Cairo, Alejandría y Giza. Acción que se ha percibido como una amenaza directa al sustento de los zabaleen. Sin embargo, estas compañías han encontrado serias dificultades para adaptar sus sistemas a los contextos locales, entre ellos las angostas calles del laberinto de la ciudad, y la nula existencia de una cultura de separación de materiales entre los millones de consumidores (Rashed, 2006).

Las compañías extranjeras ofrecieron empleos a los zabaleen, pero las propuestas implicaban más pérdidas que mejorías para los zabaleen. Empezando por el hecho que los salarios ofrecidos eran menores a los ingresos que la gente percibía por su cuenta mediante la recolección y el reciclado. Las compañías solo se interesaban en contratar a los hombres más jóvenes y en perfecta salud, dejando fuera a las mujeres y personas de la tercera edad que colaboraban en los procesos tradicionales (Rashed, 2006). Por lo que las compañías extranjeras compiten actualmente con la eficaz destreza de los zabaleen por los desperdicios de la ciudad.

Los municipios de Alejandría y Giza, optaron por acordar con los zabaleen la recolección de materiales que encontraran en los contenedores y en los rellenos sanitarios, siempre que estos permanecieran limpios (Rashed, 2006).
Del tercio de basura que las compañías recolectan, se recicla un 20%, frente al 85% que los zabaleen procesan artesanalmente. El resto de los desperdicios que no consiguen recolectar los zabaleen ni las empresas privadas, se acumula en las esquinas de las zonas más humildes de El Cairo. En cuyo caso los trabajadores municipales terminan incinerando esta basura, incrementando la contaminación atmosférica de la ciudad (Iskandar, 2001).

La idea del gobierno egipcio de reemplazar a los zabaleen con modernos camiones, operarios con uniformes coloridos, contenedores rotulados, y rellenos sanitarios más grandes concesionados a tales compañías, formó parte de una estrategia para promover la modernización de las ciudades egipcias. Dando la impresión que Egipto se avergonzara de los zabaleen, como si se tratasen de un lastre del atraso. Y debería avergonzarse, mas no de su existencia ni de la actividad que los zabaleen ha ejercido desde hace más de cincuenta años, que se traduce en un óptimo servicio a la comunidad; sino de las paupérrimas condiciones de vida en que se ha marginado a los zabaleen, y ante lo cual las autoridades no han implementado estrategia alguna.